El guayabo no me permite hacer mucho durante el día. Como y duermo, duermo y como. La cabeza me da vueltas y me lanza leves recuerdos de lo que fue una noche desaforada. Nunca he sido muy buena para manejar los guayabos y suelo ponerme en exceso consentida. Pero ahora no tengo quién me cuide, nadie que me consienta y me deje dormir en sus brazos. Eso empieza a pesar. Extraño entonces a esa persona que aún se niega a aparecer en mi vida futura.
¿Te acuerdas de lo que hablamos ayer? Sí y no, de todas formas no importa ya. Ayer fue ayer y mi vida está en el presente, en el hoy. Me hiciste llorar. No me reconforta saberlo… lo único que me reitera es lo equivocada que está y me entristece. Muy tarde, yo ya no puedo hacer nada… recorrer mi propio camino y dejarla hacer el suyo.
Una mujer que desea conocerte. Un nuevo personaje me agrega a Messenger. Me gustan las mujeres, en especial tú. Su forma de expresarse me asusta un poco, pero disfruto su coquetería. Aún así me mantengo distante e indiferente. Descubro lo bien que me ha hecho estar sola y lo mucho que añoro seguir estándolo. La soledad, esa de la que tanto renegaba y huía, es hoy mi anhelada compañía. ¿Aceptarías ir a cine conmigo o a comer? Evado la pregunta, pero termino con un nuevo número en mi celular. No sé con certeza qué haré con él, por ahora nada… tal vez después. Nunca se sabe.
No quiero salir hoy… la lluvia golpea en mi ventana y me reconforta el refugio de los pensamientos. Pocos días dedico a pensar y vagar para encontrar razones para seguir adelante. Hoy es un buen día. El día de la reflexión y la tranquilidad de hallarme viva y liberada. Nada puede hacerme daño, nadie puede tocarme, pienso fortalecida.
¡Hoy soy la mujer invencible!
¿Te acuerdas de lo que hablamos ayer? Sí y no, de todas formas no importa ya. Ayer fue ayer y mi vida está en el presente, en el hoy. Me hiciste llorar. No me reconforta saberlo… lo único que me reitera es lo equivocada que está y me entristece. Muy tarde, yo ya no puedo hacer nada… recorrer mi propio camino y dejarla hacer el suyo.
Una mujer que desea conocerte. Un nuevo personaje me agrega a Messenger. Me gustan las mujeres, en especial tú. Su forma de expresarse me asusta un poco, pero disfruto su coquetería. Aún así me mantengo distante e indiferente. Descubro lo bien que me ha hecho estar sola y lo mucho que añoro seguir estándolo. La soledad, esa de la que tanto renegaba y huía, es hoy mi anhelada compañía. ¿Aceptarías ir a cine conmigo o a comer? Evado la pregunta, pero termino con un nuevo número en mi celular. No sé con certeza qué haré con él, por ahora nada… tal vez después. Nunca se sabe.
No quiero salir hoy… la lluvia golpea en mi ventana y me reconforta el refugio de los pensamientos. Pocos días dedico a pensar y vagar para encontrar razones para seguir adelante. Hoy es un buen día. El día de la reflexión y la tranquilidad de hallarme viva y liberada. Nada puede hacerme daño, nadie puede tocarme, pienso fortalecida.
¡Hoy soy la mujer invencible!
1 comentario:
En la suavidad del amor el daño renuncia y se desmorona ante el brillo del deseo. Tu piel liberada se apodera generosa del instante, rozando cauta el placer de soñar y sentir.
Besos linda.
Cuidate.
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