jueves, diciembre 18, 2008

Aquél personaje


Es curioso pensar que una persona que no conoces personalmente pueda darte tantas luces sobre tu vida, sobre lo que viene y lo que te espera… incluso, quitarte un poco el miedo o, por qué no decirlo, hasta acompañarte en él.






Me acuesto reflexionando sobre lo que dice y me levanto pensando en qué le diré hoy o cómo me sorprenderá. Ese interés latente por conocer más de esta persona de alguna forma me llena de vida y de motivos para estar aquí… y allá. Quizá nunca llegue a conocerla, pero eso es lo de menos… tal vez se cruzó por mi camino en un instante para irse en un par de días sin decir más, pero ya puedo decir que ha hecho su labor en su paso por mi mundo y quedo con este sabor dulce de saber que existe gente alrededor del mundo que vale la pena mi viaje y mi partida de este país… ojalá a muchos más lugares de los que imagino.






Gracias por hacerme soñar con la conciencia del acontecer, de la impulsividad de la vida misma… hoy soy sueño y conciencia en manos de un destino que parece dispuesto a dármelo todo.

lunes, diciembre 01, 2008

Hubiera


Te hubiera regalado
una gota amarga de mi humor
si hubieses sonreído.

Te hubiera entregado
el olor seco de mi recuerdo mejor guardado
si hubieses insistido.

Te hubiera entregado
el sabor del día en que te imaginé
si hubieses querido continuar.

Te hubiera brindado
el calor de mi lugar predilecto
si hubieses caminado conmigo.

Te hubiera ofrecido
un beso azul
si hubieses puesto tus labios al alcance del mar.

Te hubiera quitado
el destello loco de tus pupilas
si te hubieses regalado.

Te hubiera arrebatado
la felicidad del momento esquivo
si te hubieses entregado.

Te hubiera despojado
del ensueño del amor puro
si te hubieses brindado.

Te hubiera robado
un suspiro frío de desamor
si te hubieses ofrecido.

Si hubieses
te hubiera herido,
pero como soy yo quien hubiera,
el deseo me ha carcomido el sueño vivo.

Si hubieses
te hubiera matado de a poco,
pero al menos,
te HABRÍA amado.

Me voy

En mis manos vacías
reescribo la historia que no me leiste.
En mis labios salados
oigo el murmullo del naufragio que se avecina.
En mis ojos rotos
intuyo el paso al desamor.

Miro mi piel agrietada
y descubro los rasgos de tu caminar
por este cuerpo que alguna vez fue mío.

La resignación sacia mi sed
y tu ausencia es ya una isla perdida
en un mar olvidado.

Te dejo mi materia herida
y me llevo lo que me resta de espíritu.