lunes, diciembre 18, 2006

Lobo estepario. Parte 3




Y finalmente aparece Armanda en mi historia. La encuentro en una noche de desesperación, cuando sólo la navaja de afeitar me esperaba en casa. Esa mujer que con paciencia ha ido recogiendo los rastros de mi pasado y me ha enfrentado al espejo. Esa mujer que me ha prometido una vida más simple, liberada de sufrimientos. Esa misma que me sentenció esa noche a enamorarme de nuevo en un baile de disfraces que está a punto de acontecer (¿concidencialmente?) en la única ciudad que me ha visto amar. Tras alguna de todas esas máscaras he de descubrirla. "Creo que me pido ser la Armanda de tu libro, me pido Cartagena como el baile de disfraces..." me dijo hace poco.

Y mientras tanto, este impaciente lobo estepario espera con el entumecido corazón entre las manos a que esa mujer cumpla su cometido. De no ser así, no quedará más que el hombre y el lobo frente al espejo, ese mismo en el que nunca más podrá volver a verse reflejado por hallarse de nuevo en absoluta oscuridad.

“Y ella era para conmigo precisamente como en este momento me convenía que fuera. ¡Oh, y así ha sido siempre conmigo desde aquella hora! Me trataba con tanto cuidado como yo necesitaba, y tan burlonamente como necesitaba también”

“Era muy bueno obedecer a alguien, estar sentado junto a alguien que lo interrogara a uno, le mandara y le riñera.”

“Al hacer ademán de levantarse, se deprimió profundamente mi ánimo, tuve miedo de que se fuera y me dejara solo, y entonces volvería todo a ser como antes había sido.”

“De pronto un ser humano, una persona viva que rompe la turbia campana de cristal de mi aislamiento y me alarga la mano, una mano cálida, buena y hermosa. De repente, otra vez cosas que me importaban algo, en las que podía pensar con alegría, con preocupación, con interés. Pronto una puerta abierta, por la cual la vida entraba hacia mí. Acaso pudiera vivir de nuevo (…). Mi alma, adormecida de frío y casi yerta, volvía a respirar, aleteaba soñolienta con débiles alas minúsculas.”

“Sólo pensaba en ella, lo esperaba todo de ella, me hallaba dispuesto a sacrificarle todo y ponérselo todo a los pies, sin estar enamorado de ella en lo más mínimo.”

“(…) reconocía que la insoportable tensión entre no poder vivir y no poder morir era lo que le daba importancia a la desconocida (…). Ella era la pequeña ventanita, el minúsculo agujero luminoso en mi sombría cueva de angustia. Era la redención, el camino de la liberación. Ella tenía que enseñarme a vivir o enseñarme a morir; ella, con su mano segura y bonita, tenía que tocar mi corazón entumecido, para que al contacto de la vida floreciera o se deshiciese en cenizas. De dónde ella sacaba estas fuerzas, de dónde le venía la magia, por qué razones misteriosas había adquirido para mí esta profunda significación (…)”

“Pero lo que más me hacía falta, por lo que suspiraba tan desesperadamente, no era saber y comprender, sino vida, decisión, sacudimiento e impulso.”

“Fuese quien quisiera esta muchachita inteligente y misteriosa, fuera cualquiera el modo de haber llegado a esta relación conmigo, me era igual; ella estaba allí, el milagro se había realizado de que yo hubiera encontrado una persona y un interés en la vida. Importante era sólo que esto continuara, que yo me entregase a esta atracción, siguiera a esta estrella.”

“(…) tú eres tan completa y absolutamente diferente a mí…Eres mi polo opuesto; tienes todo lo que a mí me falta.”

“(…) estos ojos parecían haber sufrido ya todo el dolor imaginable y haber hecho amén a todo.”

“-Yo te gusto – continuó ella -, por el motivo que ya te he dicho: he roto tu soledad, te he recogido precisamente ante la puerta del infierno y te he despertado de nuevo. Pero quiero de ti más, mucho más. Quiero hacer que te enamores de mí. (…) Tú me necesitas actualmente, de momento, porque estás desesperado y te hace falta un impulso que te eche al agua y te vuelva a reanimar.”

“(…) y, sin embargo, a todo esto no podía yo responder con plena libertad y alegría, no podía olvidarme y entregarme por completo.”

“Yo he de hacer desde luego todavía que te enamores de mí, pero no hay prisa. Primero, somos camaradas, somos personas que esperan llegar a ser amigos, porque nos hemos conocido mutuamente. Ahora queremos los dos aprender el uno del otro y jugar uno con otro.”

“¡Qué persona tan extraordinaria eres, muchacha! En todo me comprendes y te me adelantas.”

“Pero sufrir por la vida, oh, sí; en eso tengo experiencia.”

“Ya tengo de ti la sospecha de que tomas el amor terriblemente en serio. Puedes hacerlo, puedes amar a tu manera ideal cuanto quieras, eso es cosa tuya.”

“Amar ideal y trágicamente, oh amigo, eso lo sabes con seguridad de un modo magnífico, no lo dudo, todo mi respeto ante ello. Pero ahora has de aprender a amar también un poco a lo vulgar y a lo humano”

“Para este mundo sencillo de hoy, cómodo y satisfecho con tan poco, eres tú demasiado exigente y hambriento; el mundo te rechaza, tienes para él una dimensión de más.”

“Una vida fácil, un fácil amor, una muerte fácil, no eran cosas para mí.”
Mi querida Armanda: gracias por hacer parte de mi propio teatro mágico. Lo único que te pido es que no sigas al pie de la letra la historia, pues no quiero verte morir a manos de este puñal que guardo en el bolsillo de mi pantalón. Deseo salir de este teatro de tu mano para enfrentarnos juntas a esa realidad que nos esperas impaciente

viernes, diciembre 08, 2006

Lobo estepario parte 2


Continúo pasando las páginas y encuentro en mí al lobo-hombre, me regocijo en la multiplicidad del yo y lloro mi desventura y vano deseo de unidad. Soy una mera ficción, una simple ansia de ser más que un devenir.


“(…) yo no soporto con facilidad precisamente esta semisatisfacción, que al poco tiempo me resulta intolerablemente odiosa y repugnante, y tengo que refugiarme desesperado en otras temperaturas, a ser posible por la senda de los placeres y también por necesidad por el camino de los dolores (…) y más me gusta sentir dentro de mí arder un dolor verdadero y endemoniado que esta confortable temperatura de estufa.”

““Tengo gran curiosidad por ver cuánto es realmente capaz de aguantar un hombre. En cuanto alcance al límite de lo soportable, no habrá más que abrir la puerta y ya estaré afuera.”

“Todos saben muy bien, en alguno de los rincones de su alma, que el suicidio es, en efecto, una salida, pero muy vergonzante e ilegal, que en el fondo es más noble y más bello dejarse vencer y sucumbir por la vida misma que por la propia mano.”

“Presiente su situación dentro del edificio del mundo, presiente y conoce a los inmortales, presiente y teme la posibilidad de un encuentro consigo mismo, sabe de la existencia de aquel espejo, en el cual siente tan terrible necesidad de mirarse y en el cual teme con mortal angustia verse reflejado.”

“En la poesía que hasta ahora se conoce, los especialistas, los competentes, prefieren el drama, y con razón, pues ofrece (u ofrecería) la posibilidad máxima de representar al yo como una multiplicidad (…)”

“Quien quiera llegar a conocer esto ha de decidirse a considerar a las figuras de una poesía así no como seres singulares, sino como partes o lados o aspectos diferentes de una unidad superior (sea el alma del poeta).”

“(…) el pecho, el cuerpo no es nunca más que uno; pero las almas que viven dentro no son dos, ni cinco, sino innumerables (…)”

“El hombre simpático, pero sentimental, que canta la canción del niño dichoso, quisiera volver también a la naturaleza, a la inocencia, a los principios, y ha olvidado por completo que los niños no son felices en absoluto, que son capaces de muchos conflictos, de muchas desarmonías, de todos los sufrimientos.”

jueves, diciembre 07, 2006

Y vuelve...


Vuelve a atormentarme,
Hoy me acecha aprovechando mi inferioridad,
Estoy completamente indefensa…

Su recuerdo me ha encontrado en absoluta soledad,
Esta vez presente en letras,
Materializado en un libro escrito por un ser que, aún ignorando su existencia, aparenta haber pasado más tiempo a su lado que yo.

Y llora mi pena cuando la razón enmudece,
Y grita en silencio mi alma cuando me abandona la cordura…

No queda más que esto,
No quedo más que yo y mi vivo dolor.

LOBO ESTEPARIO

Avanzo a pasos lentos y, aún sin haberlo leído antes, releo a Haller, ese personaje que alguna vez me dejó ser parte de su aislamiento, y objeto de sus desesperados deseos de amar... Era, en definitiva, un lobo estepario...

"(...) era un genio del sufrimiento (...) se había forjado dentro de sí una capacidad de sufrimiento ilimitada, genial, terrible. (...) la base de su pesimismo no era desprecio del mundo, sino desprecio de sí propio, pues si bien hablaba sin miramentos y con un sentido demoledor de instituciones y de personas, nunca se excluía a sí, siempre era él mismo el primero contra quien dirigía sus flechas, era él mismo el primero a quien odiaba y negaba..."

"Por lo que se refería a los demás, a cuantos lo rodeaban, no dejaba de hacer constantemente los intentos más heroicos y serios para quererlos, para hacerles justicia, para no causarles daño, pues el "ama a tu prójimo" lo tenía tan hondamente inculcado como el odio a sí mismo. Y de este modo, fue toda su vida una prueba de que sin amor de la propia persona es también imposible el amor al prójimo, de que el odio de uno mismo es exactamente igual, y en fin de cuentas produce el mismo aislamiento y la misma desesperación, que el egoísmo más rabioso"

"(...) "La mayor parte de los hombres no quieren nadar antes de saber". No es esto espiritual? ¡No quieren nadar, naturalmente! Han nacido para la tierra, no para el agua. Y, naturalmente, no quieren pensar; como que han sido creados para la vida, ¡no para pensar! Claro, y el que piensa, el que hace del pensar lo principal, ese podrá acaso llegar muy lejos en esto; pero ese precisamente ha confundido la tierra con el agua, y un día u otro se ahogará."

"Pero cada vez hube de ver que desde su espacio vacío, desde su modo de ser extraño y su lobuznez esteparia, le admiraba nuestro pequeño mundo (...) y lo amaba, como a lo firme y seguro, como a lo lejano e inasequible, como al hogar y a la paz, hacia lo cuales no había camino alguno para él."

"(...) como si se afanara indecible y desesperadamente por penetrar, por una rendija cualquiera, en este pequeño mundo pacífico y aclimatarse a él, aunque no fuera más que por una hora."

"Iban del brazo, y él parecía feliz; volvió a admirarme cuánta gracia y hasta ingenuidad podía tener en ocasiones su rostro solitario y preocupado, y comprendí a aquella mujer (...)"

"(...) el lobo estepario llevaba la vida de un suicida. Y, sin embargo, no creo que se quitara la vida en aquella ocasión en que inopinadamente y sin despedirse, pero después de abandonar todo lo que tenía pendiente, abandonó un buen día nuestra ciudad (...) No se dejó otra cosa más que un manuscrito (...), y que con pocos renglones me dedicó a mí, con la observación de que podía hacer de él lo que se me antojara."

"No, estoy persuadido de que no se ha quitado la vida. Vive todavía; por cualquier parte va subiendo y bajando, sobre sus piernas cansadas, las escaleras de casas extrañas (...); desde sus ventanas oye vivir al mundo y a los hombres y se sabe excluido, pero no se mata, pues un resto de fe le dice que tiene que apurar hasta el fin dentro de su corazón este sufrimiento, este tremendo sufrimiento, que es de lo que, a la postre, habrá de morir. Yo pienso con frecuencia en él; no me ha hecho la vida más fácil, no tuvo el don de apoyar y fomentar en mí lo fuerte y alegre, ¡oh, al contrario! Pero yo no soy él, y yo no llevo su clase de vida, sino la mía (...). Y de este modo, podemos pensar en él con calma y amistad (...)"

"(...) la enfermedad psíquica de Haller es - hoy lo sé - no la quimera de un sólo individuo, sino la enfermedad del siglo mismo (...), enfermedad de la cual no son atacadas sólo las personas débiles e inferiores, sino precisamente las más fuertes, las espirituales, las de más talento."

"Significan literalmente un paseo por el infierno, un paseo, ora lleno de angustia, ora animoso, a través del caos de un mundo psíquico en tinieblas, emprendido con la voluntad de atravesar el infierno, mirar frente a frente el caos, soportar el mal hasta el fin."

"(...) pertenece a aquellos que se han enzarzado entre dos épocas, que se han salido de toda seguridad e inocencia, a aquellos cuyo sino es vivir todos los enigmas de la vida humana subliminados como infierno y tormento en su propia persona."




“Pero lo que no había aprendido era a una cosa: a estar satisfecho de sí mismo y de su vida.”

“(…) como todo hombre cree que los sufrimientos que le han tocado en suerte son los mayores del mundo (…). Y hasta la vida más desgraciada tiene también sus horas luminosas y sus pequeñas flores de ventura entre la arena y el peñascal.”

“Por lo general era muy desgraciado, eso no puede negarse, y también podía hacer desgraciados a otros, especialmente si los amaba y ellos a él.”

“Pero en medio de su libertad lograda se dio bien pronto cuenta (…) de que esa su independencia era una muerte, que estaba solo, que el mundo lo abandonaba de un modo siniestro, que los hombres no le importaban nada; es más, que él mismo a sí tampoco, que lentamente iba ahogándose en una atmósfera cada vez más tenue de falta de trato y de aislamiento.”