jueves, diciembre 07, 2006

LOBO ESTEPARIO

Avanzo a pasos lentos y, aún sin haberlo leído antes, releo a Haller, ese personaje que alguna vez me dejó ser parte de su aislamiento, y objeto de sus desesperados deseos de amar... Era, en definitiva, un lobo estepario...

"(...) era un genio del sufrimiento (...) se había forjado dentro de sí una capacidad de sufrimiento ilimitada, genial, terrible. (...) la base de su pesimismo no era desprecio del mundo, sino desprecio de sí propio, pues si bien hablaba sin miramentos y con un sentido demoledor de instituciones y de personas, nunca se excluía a sí, siempre era él mismo el primero contra quien dirigía sus flechas, era él mismo el primero a quien odiaba y negaba..."

"Por lo que se refería a los demás, a cuantos lo rodeaban, no dejaba de hacer constantemente los intentos más heroicos y serios para quererlos, para hacerles justicia, para no causarles daño, pues el "ama a tu prójimo" lo tenía tan hondamente inculcado como el odio a sí mismo. Y de este modo, fue toda su vida una prueba de que sin amor de la propia persona es también imposible el amor al prójimo, de que el odio de uno mismo es exactamente igual, y en fin de cuentas produce el mismo aislamiento y la misma desesperación, que el egoísmo más rabioso"

"(...) "La mayor parte de los hombres no quieren nadar antes de saber". No es esto espiritual? ¡No quieren nadar, naturalmente! Han nacido para la tierra, no para el agua. Y, naturalmente, no quieren pensar; como que han sido creados para la vida, ¡no para pensar! Claro, y el que piensa, el que hace del pensar lo principal, ese podrá acaso llegar muy lejos en esto; pero ese precisamente ha confundido la tierra con el agua, y un día u otro se ahogará."

"Pero cada vez hube de ver que desde su espacio vacío, desde su modo de ser extraño y su lobuznez esteparia, le admiraba nuestro pequeño mundo (...) y lo amaba, como a lo firme y seguro, como a lo lejano e inasequible, como al hogar y a la paz, hacia lo cuales no había camino alguno para él."

"(...) como si se afanara indecible y desesperadamente por penetrar, por una rendija cualquiera, en este pequeño mundo pacífico y aclimatarse a él, aunque no fuera más que por una hora."

"Iban del brazo, y él parecía feliz; volvió a admirarme cuánta gracia y hasta ingenuidad podía tener en ocasiones su rostro solitario y preocupado, y comprendí a aquella mujer (...)"

"(...) el lobo estepario llevaba la vida de un suicida. Y, sin embargo, no creo que se quitara la vida en aquella ocasión en que inopinadamente y sin despedirse, pero después de abandonar todo lo que tenía pendiente, abandonó un buen día nuestra ciudad (...) No se dejó otra cosa más que un manuscrito (...), y que con pocos renglones me dedicó a mí, con la observación de que podía hacer de él lo que se me antojara."

"No, estoy persuadido de que no se ha quitado la vida. Vive todavía; por cualquier parte va subiendo y bajando, sobre sus piernas cansadas, las escaleras de casas extrañas (...); desde sus ventanas oye vivir al mundo y a los hombres y se sabe excluido, pero no se mata, pues un resto de fe le dice que tiene que apurar hasta el fin dentro de su corazón este sufrimiento, este tremendo sufrimiento, que es de lo que, a la postre, habrá de morir. Yo pienso con frecuencia en él; no me ha hecho la vida más fácil, no tuvo el don de apoyar y fomentar en mí lo fuerte y alegre, ¡oh, al contrario! Pero yo no soy él, y yo no llevo su clase de vida, sino la mía (...). Y de este modo, podemos pensar en él con calma y amistad (...)"

"(...) la enfermedad psíquica de Haller es - hoy lo sé - no la quimera de un sólo individuo, sino la enfermedad del siglo mismo (...), enfermedad de la cual no son atacadas sólo las personas débiles e inferiores, sino precisamente las más fuertes, las espirituales, las de más talento."

"Significan literalmente un paseo por el infierno, un paseo, ora lleno de angustia, ora animoso, a través del caos de un mundo psíquico en tinieblas, emprendido con la voluntad de atravesar el infierno, mirar frente a frente el caos, soportar el mal hasta el fin."

"(...) pertenece a aquellos que se han enzarzado entre dos épocas, que se han salido de toda seguridad e inocencia, a aquellos cuyo sino es vivir todos los enigmas de la vida humana subliminados como infierno y tormento en su propia persona."




“Pero lo que no había aprendido era a una cosa: a estar satisfecho de sí mismo y de su vida.”

“(…) como todo hombre cree que los sufrimientos que le han tocado en suerte son los mayores del mundo (…). Y hasta la vida más desgraciada tiene también sus horas luminosas y sus pequeñas flores de ventura entre la arena y el peñascal.”

“Por lo general era muy desgraciado, eso no puede negarse, y también podía hacer desgraciados a otros, especialmente si los amaba y ellos a él.”

“Pero en medio de su libertad lograda se dio bien pronto cuenta (…) de que esa su independencia era una muerte, que estaba solo, que el mundo lo abandonaba de un modo siniestro, que los hombres no le importaban nada; es más, que él mismo a sí tampoco, que lentamente iba ahogándose en una atmósfera cada vez más tenue de falta de trato y de aislamiento.”

1 comentario:

Anónimo dijo...

Se que hubo ciertas tardes en que mi alma se enfrascaba dentro de una burbuja de cristal impenetrable. Dentro de ella había aire sufieciente para que un solo lobo respirara, y también había espacio para un solo lobo, no para dos y mucho menos para cinco.
Cuando tu me mirabas a través del cristal, impotente y castigada te enfrascabas también en tu esfera personal y así nos veíamos la una a la otra a través del cristal de nuestra espesa y sombría soledad lobuna.
Cuando uno de los dos entra en un estado de triste realismo, el papel del otro es tomar de la mano a su compañero y llevarlo a volar un rato... no undirse en una absurda e inoficiosa imitacion, y convertirse en el triste espejo de los miedos de quien amas.
Tatiana, el lobo estepario no es una clase de hombre, es un estado del alma.
La buena noticia es que siempre podrás cambiarte a cualquiera de los otros miles de estados posibles.