jueves, julio 05, 2018

Día del Orgullo Gay



Se terminó junio, el mes del orgullo gay, pero no quiero dejarlo pasar sin dejar unas palabras. 
Ser gay asusta, darse cuenta da miedo y salir del clóset es aterrador. Más en un país como Colombia, donde la diferencia no solo es invisibilizada, sino que en muchos casos es eliminada.

Recuerdo el miedo que sentí de ser diferente, de no encajar, de no cumplir con las expectativas de otros, de ser objeto de burlas o insultos. Sí, porque yo también crecí en medio de los imaginarios que existen alrededor del homosexualismo y me los tragué enteros: ser gay era ser promiscua, drogadicta, rumbera, superficial y, sin duda, me implicaría llevar una doble vida, vivir escondida, en las sombras... 

Yo no quería eso para mí y en ocasiones pensé que quizá sería más fácil adaptarme a lo conocido, a lo impuesto, "lo normal". Lo hice por un tiempo, pero no hay infelicidad más grande que traicionarse a uno mismo, autocensurarse y no permitirse ser.

Hoy, cerca de 14 años después de haber salido del clóset, de haber roto esa barrera mental y social de lo que el mundo nos instaura como "lo correcto", puedo decir que ser gay y reconocerme como tal no ha sido más que una hermosa oportunidad que me dio la vida para conocer el amor en todas sus dimensiones y colores. 

Mis papás, mis hermanos, mis tíos y mis primos me han enseñado el poder que tiene la unión y el apoyo incondicional en la familia. 

Mis parejas me ha comprobado que es posible amar fuera de lo establecido y que ser gay no es un impedimento para formar familia, armar proyectos, pensarnos un futuro, brindarnos apoyo y caminar lado a lado. 

Mis amigos y todas las personas que han llegado a mi vida y me conocen tal cual soy me han hecho entender que las diferencias son oportunidades de encuentro, que la vida se vive mejor sin prejuicios, que la orientación sexual no te hace mejor o peor persona y que lo que cuenta no es a quién quieres, sino saber querer.

Hoy me siento orgullosa de quién soy y no querría otra cosa más que ser yo misma.

El mes del orgullo gay es importante, pues en un mundo donde la diferencia aún se aniquila, ser gays nos debe volver más fuertes, más empoderados, más valientes y más visibles. Estar orgullosos de quienes somos es la más efectiva forma de resistencia!