domingo, enero 27, 2008

Sueños


Me ofrecen la tinta amarga de sus labios
azul veneno,
negra mortífera,
invisible como sus besos,
el verso inconcluso de su cuerpo
que se ha quedado desdibujado
en algún cajón de mi mente,
la estrofa ancha de sus caderas
cuando baila sin mí,
las palabras
que dejará de pronunciar en vida
y me anuncian un mal despertar de la muerte.
Letras de piel
que nunca se han leído en mis manos,
el ritmo de su risa roja
que madura lejos de las raíces
de mi humor terco
y tímido…

Así,
¿cómo podría yo
frágil ante la ausencia
en la que nunca ha estado ella
dejar de sucumbir a sus ofertas?

Bórrenme de lo real
y compongan mi poesía
en su papel de tierras fértiles,
lejanas…

No me abandonen,
no deseo abrir los ojos
para descubrir que mi Dios
se olvidó de escribirla

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