Llegué al gran salón después de algunos percances. Las murallas se alzaban a lado y lado, el mar repicaba con fuerza y la brisa me susurraba que no existía verdadera razón para estar prevenida. Las personas se arremolinaban en grandes grupos y mantenían alcohólicas conversaciones. Faltaban 5 minutos para las 12 de la noche. Finalmente, en medio de la multitud, la vi. Tenía puesta una camisa amarilla, una larga falda negra y esos grandes ojos verdes que la hacen tan especial. Estaba sentada con la cabeza entre los brazos... había ocurrido lo que yo más temía y lloraba desconsolada. El lobo estepario había cumplido su cometido... el cuchillo había sido enterrado hasta el fondo. Pensé que ya era demasiado tarde para este otro yo, este que entendió que el lobo no es un ser, es sólo un estado del alma, como alguien alguna vez me lo hizo saber.
"Armanda". Ella levantó la cabeza y me miró desconcertada. ¿Es este el lobo que descontrolado siguió la historia al pie de la letra? ¿Es este el ser que se encargó de darme la última puñalada? Le garré las manos y la puse de pie frente a mí. Sus ojos me miraban sin comprender lo que estaba sucediendo. ¿Dónde estaban los colmillos? ¿Dónde había quedado el instinto asesino?
Doce en punto. Gritos de júbilo se unieron al son de los juegos pirotécnicos, nuevas esperanzas y sueños empezaron a tomar forma después de un terrible año. La besé...justo a tiempo (y luego dicen que por qué la puntualidad es importante).
Fin del lobo estepario. Comienzo del hombre enamorado.
3 comentarios:
Saludos, visitando tu espacio de vidas paralelas.
lero lero candelero. tats es 2.0.
uashhh ... esta buenisimo.. me encanto!!!
me lo puedo robar, este es el que quiero... como primero no???
dime entonces
sarah
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