Una razón para guardar silencio,
mil para salir corriendo.
Presiento la culpa,
huelo el hedor del propio desprecio,
miro lo poco que he dejado,
lo mucho que he perdido,
lo insano de continuar existiendo.
El mundo me arrincona,
degusto mi desgracia,
desgasto el último halo de resistencia,
decido mi autodestrucción.
Probar el polvo,
comer los restos de la suprema bajeza,
y llorar hasta caer de rodillas.
Desplaza la inmundicia al orgullo,
el dolor a la dignidad...
y al final,
se materializa la aterradora soledad.
Una de dos,
me mata,
o gano la estúpida carrera contra el tiempo,
y lo hago yo misma.
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3 comentarios:
creo que es mejor que lo hagas tu misma, porque no es el mundo quien te arrincona sino tu solita la que no quieres salir del rincon. Toma tiempo datelo!!!
Besos
bonitas pero tristes palabras saludos fedra nos veremos por tu blog
te amo, siempre te voy a amar
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